lunes, septiembre 29, 2008

Mi apreciación de las aves


Fotografía de Peter Hoell

En las aves se puede percibir la libertad con sus cantos y la belleza de sus plumajes. El amor al deleitarse observando un gallito de roca o el orgullo de un gallito quiquiriquí cola de espada o de la alzada de un ganso o un cisne, en los cantos de las pavas en la región, la sencillez de un gorrión, la inteligencia de un loro, la imponencia y visión del águila real, del baile rítmico de un grupo de flamencos, el vuelo planeado de un par de tijeretas en el valle del magdalena, y el vuelo siguiendo las corrientes de aire caliente de un humilde gallinazo.

La dulzura en la protección del nido de un grupo de pellares en el macizo colombiano, de la mirada suspicaz de un búho, la fortaleza en la velocidad de un colibrí, el canto estruendoso de las guacharacas al amanecer y el sentimiento en el ronroneo de amor de las palomas


Aporte de Hernán Daza, guía de turismo alternativo y experto en avistamiento de aves, de San Agustín, Huila, Colombia.

martes, septiembre 23, 2008

Hablar del huitzizilin


Fotografía de Peter Hoell
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¡Hola! ¡Saben yo también amo a todos los chupamirtos, chuparrosas, colibries y huitzizilines que hay en el planeta tierra! Y quiero contarles mi historia personal con ellos, me duele al escribirla, pero para mi fue algo especial...

En el 2006, asaltaron a mi hermano y como no accedió a dar lo que le pedían, lo balearon. Estuvo en terapia intensiva muy grave. Como mi madre es ancianita, pasé con ella a la visita... Mientras recibiamos las indicaciones de esterilización, algo golpeó con fuerza un cristal. Mi madre exclamó ¡Se mató! mientras corrió hacia donde provino el golpe, trayendo un colibrí de plumaje hermosísimo, desvanecido entre sus manos... lo colocó entre las mias y lo acaricie mientras todos asombrados, no alcanzabamos a ver por donde pudo entrar a la sala de terapia intensiva...

Y para sorpresa nuestra, el colibrí, que sólo estaba aturdido, elevó el vuelo dando vuelta, alrededor de mi y de mi madre, como si formara un ocho en el viento... y desapareció...

Con esperanza, cogí la mano de mi viejecita y le dije al oido, madre, esta es una señal, mi hermano va a vivir... este colibrí nos trajo un mensaje...

Pero no fue así, en ese momento le dió un infarto masivo y murió... Mi hermano se vino a despedir de mi viejecita y de mí.

En nuestra cultura mexica, cuando moría algún guerrero se convertía en colibrí, y en eso quiero creer que se convirtió mi hermano.

Hermosa crónica escrita por una amiga desde México